El pasado mayo, el parque acuático Wake Bali Resort, ubicado en Indonesia, cerró sus puertas gracias a una campaña de Change.org. En dicha campaña, que se inició hace tres años, se denunciaba la presencia de cuatro delfines en una pequeña piscina del recintopara entretenimiento de los turistas.

En 2015, Craig Brokensha, natural de Sídney (Australia), fue el encargado de denunciar los hechos por medio de la platafoma. En la carta donde describía la situación, informó sobre la existencia de "un parque de aventuras" con una pequeña piscina de "10x20 metros" donde se encontraban cuatro delfines para que los turistas pudieran "nadar y jugar", lo que le pareció "una gran sorpresa". 

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Al mismo tiempo, Brokensha recordaba a las autoridades indonesias que en otras ocasiones se habían denunciado y cerrado otras instalaciones del país que albergaban animales en condiciones similares.  

 

Después de tres años, el australiano anunció en la misma plataforma que Waki Bali Resorts había sido cerrado y que “ahora se está convirtiendo en un club de playa sin la pequeña piscina de delfines”. Además, agradeció a los 453.466 firmantes haber seguido “con esta lucha durante tres años”, para lograr la liberación de los animales, los cuales tendrían que someterse a un proceso de rehabilitación antes de volver a su hábitat natural.

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Sin embargo, Brokensha mostró cierta preocupación por los delfines, que han sido devueltos a los propietarios del espectáculo y teme que vuelvan a ser utilizados para los mismos fines.