El pasado martes, 6 de noviembre, la azafata de la compañía Philippine Airlines, Patrisha Organo, se enfrentaba a una importante jornada laboral, ya que se examinaba, durante un vuelo programado que conectaba Toronto (Canadá) y Manila (Filipinas), para ascender a Evaluadora de Tripulación de Cabina. Sin embargo, el viaje guardaba un acontecimiento inesperado.

Tras el despegue, Organo escuchó el llanto de un bebé, por lo que se acercó a la madre y le preguntó “si todo estaba bien”. En ese momento, aconsejó a la mujer que diera de comer a su hija, cuando esta, “con los ojos llorosos”, le contestó que se le había agotado la leche de fórmula. Entonces, el resto de pasajeros posó su mirada en el “pequeño y frágil bebé” que lloraba, tal y como detalla la propia azafata en una publicación de Facebook.

“Sentí un pinchazo en mi corazón. No hay leche de fórmula a bordo”, reflexionó para sí misma Organo. “Sólo hay una cosa que puedo ofrecer y es mi propia leche”, dedujo finalmente, comunicándole su decisión a la pasajera. Lo cierto, es que la azafata tiene una hija de nueve meses, por lo que supo diferenciar que el llanto del bebé era de hambre. Además, el vuelo entre Toronto y Manila contaba con una duración de 16 horas y 25 minutos, lo que supone mucho tiempo para un recién nacido hambriento.  

Tanto Organo como la madre y el bebé fueron trasladados a la cocina del avión por la administradora de la aerolínea, donde la azafata amamantó a la niña. “Tenía mucha hambre”, aseguró. “Vi el alivio en los ojos de su madre. Seguí alimentando al bebé hasta que se quedó dormido. Los acompañé de vuelta al asiento y justo antes de irme, la madre me lo agradeció sinceramente”, aseveró la auxiliar de vuelo.

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Finalmente, la joven consiguió el ascenso a Evaluadora de Tripulación de Cabina, aunque lo que más recuerda del viaje fue su decisión de ayudar al bebé y a su madre. “Amamanté al bebé de un extraño durante el vuelo. Gracias, señor, por el regalo de la leche materna”, concluye Organo, quien se define como defensora de la lactancia natural.

La anécdota, compartida por la azafata en la red social de Facebook, ha alcanzado 178.000 reacciones, 36.957 compartidos y 8.599 comentarios, la mayoría de ellos de halago. “Eres una mujer y madre maravillosa. ¡Qué Dios te bendiga!”, manifestó la usuaria Manuela Gabor, mientras que Nancy Herrmann comentó: “Qué hermoso corazón. En verdad eres el ángel del bebé”.