La Unión Europea (UE) se ha fijado el objetivo de lograr la neutralidad climática de aquí a 2050. Esto significa que sería necesario reducir considerablemente los niveles de emisión de gases, hasta conseguir que estos sean iguales (o menores) a los que se eliminan a través de la absorción natural del planeta. Para conseguir esta meta, el Consejo y el Parlamento Europeo han acordado la ejecución del paquete de medidas 'Objetivo 55', que incluye varias medidas climáticas que afectan al sector turístico y de los transportes. La Asociación Líneas Aéreas (ALA), presidida por Javier Gándara, valoró positivamente algunos puntos propuestos por la iniciativa, pero se mostró muy preocupada por el impuesto que se pretende imponer al queroseno, el combustible más utilizado por los aviones, y por el que posiblemente se aplique de forma directa a la compra de billetes aéreos. 

“En el sector aéreo estamos comprometidos a alcanzar las emisiones netas cero en 2050. Pero hay que diferenciar entre las medidas que contribuyen, como la restricción de los derechos de emisión o el SAF (combustible sostenible para aviación), de las que no contribuyen. Las fiscales no contribuyen, concretamente los impuestos del queroseno y el posible impuesto a los billetes", afirmó el presidente de ALA, que añadió que la carga fiscal de ambos gravámenes perjudicarán más a los países receptores de turismo, viéndose afectada especialmente, por tanto, España. Desde ALA reclaman al Ejecutivo español que ejerza su derecho de veto en el Consejo de Europa, evitando así aplicar las medidas a nivel nacional.

Según el informe de Deloitte ‘Volando hacia un futuro sostenible’, solo la aplicación del impuesto al queroseno provocaría en 2030 la pérdida de 4,5 millones de turistas internacionales en España, que rechazarían viajar al país al ver encarecido su viaje por las aerolíneas. Caería así el gasto turístico y se perderían casi 10.000 millones de euros del PIB en 2030, y se destruirían 170.000 empleos. Las medidas mencionadas del plan 'Objetivo 55' que conciernen directamente al sector de la aviación son las siguientes: 

  • El uso de una cuota del 5% de combustible sostenible en la aviación (SAF), entre 3 y 4 veces más caro que el combustible convencional, que establece el Reglamento europeo de Refuel.
     
  • La restricción de derechos de emisión de CO₂, con el consiguiente encarecimiento de los mismos, como recoge la propuesta legislativa de modificación del Régimen de Comercio de Derechos de Emisión (ETS).
     
  • La aplicación de un impuesto al queroseno a la aviación de 7,53 euros/gigajulio, que propone la reforma de la directiva de Fiscalidad Energética.
     
  • La posible aplicación de un impuesto al billete de 7,85 euros, como se propone en el Libro Blanco para la Reforma Tributaria.
Javier Gándara, presidente de ALA

Javier Gándara, presidente de ALA

La UE defiende su modelo ecológico
 

Según afirman los textos publicados por la UE sobre la materia, las aerolíneas y proveedores de combustible tendrán que comenzar a implementar combustibles de aviación sostenibles, como los combustibles sintéticos llamados electrocombustibles. Para ello, los fondos NextGenerationUE o el nuevo Fondo Social para el Clima apoyarán económicamente a las naciones y al tejido empresarial en la transición ecológica.