Hospitales y clínicas, balnearios, aseguradoras médicas y clusters especializados tratan de sacar partido a un nuevo filón: el turismo. La combinación de ambas actividades, turística y sanitaria, genera un volumen de negocio mundial que ya asciende a 75.000 millones de euros al año. Solo en España, el turismo de salud crece a un ritmo del 20%, aunque todavía sigue siendo un negocio muy limitado para el potencial que ofrece la calidad de su sistema sanitario y su poderío turístico. Las perspectivas son duplicar en los próximos años el número de viajeros que llega a algún destino español para operarse o recibir tratamientos que son más baratos o que no existen en sus países.


Actualmente son 100.000 los pacientes que optan por desplazarse al año a nuestro país, dejando un volumen de facturación de medio millón de euros. La cifra resulta todavía poco significativa si se tiene en cuenta que España ocupa al tercer puesto en el ranking mundial, según la Organización Mundial del Turismo, y la sanidad española está entre las mejores del mundo, la séptima según la Organización Mundial de la Salud. En nuestro país, la sanidad privada incluye 483 hospitales (51% del total nacional) y 53.985 camas (33% del total nacional), y representa el 2,5% del PIB.

Los amplios márgenes de rentabilidad del negocio del turismo de salud y su potencial de crecimiento está llevando a los destinos españoles a disputarse mayores cuotas de este mercado. Málaga, Barcelona o Madrid, además de la Comunidad Valencia por su especialización en fertilidad, están pujando fuerte. También Canarias, que aspira sobre todo a posicionarse como centro europeo de servicios sanitarios para África Occidental.

El paciente africano con alto poder adquisitivo, sobre todo árabe, representa uno de los tres perfiles de turistas sanitarios que está llegando a España. Junto a ellos, destacan los rusos o los nórdicos, sobre todo para estancias largas de sus mayores (el 20% de su población tiene más de 65 años). Y los alemanes y franceses que, con una gran cultura termal, demandan sobre todo balnearios.

Precisamente, las propiedades curativas de las aguas termales de Canarias fueron, junto al clima, los principales atractivos que atrajeron hacia las Islas a los pioneros del turismo a finales del XIX. El primer balneario se instaló en Tenerife allá por el año 1886, el Sanatorium de La Orotava, al que siguieron otros en localidades como Vilaflor o Los Berrazles y Azuaje, en Gran Canaria.

Aquellos primeros visitantes eran parte de una élite europea que se adelantó a los tiempos actuales en la atención a su bienestar. Ha tenido que pasar más de un largo siglo para que el cuidado personal del cuerpo se haya convertido en accesible para una gran mayoría de la población. Hoy, los balnearios canarios han sido sustituidos por una amplia oferta de centros de spa y wellsnes, así como de hoteles saludables. La oferta de masajes y terapias para todos los gustos es una de las dos facetas que integra al pujante, y aún incipiente, negocio de turismo de salud.

La plataforma Gran Canaria Spa, Wellness & Health es la mejor expresión de esta doble vertiente, sanitaria y de bienestar, que abarca esta especialidad turística. Nació en 2004 como asociación para el bienestar y cuatro años después integró su actividad médica. Hoy está integrada por 13 hoteles y tres centros médicos. Según la Encuesta de Gasto Turístico (EGATUR), el 20% del total de turistas que visita Canarias -13,2 millones en 2015- lo hace por motivos sanitarios. Unos son pacientes que escogen operarse en las Islas y pasar su postoperatorio como un turista más; otros, turistas que se dejan cuidar y, otros más, mayores o dependientes que deciden pasar aquí largas estancias.

Por lo que respecta al turismo estrictamente sanitario, uno de los centros de referencia españoles en turismo y salud es de origen canario: Hospiten, según destaca el informe Turismo de Salud del Ministerio de Turismo de España. El grupo empresarial del tinerfeño Pedro Luis Cobiella se ha ganado a pulso un lugar en el mundo del turismo de salud, entre otras razones porque sus hospitales de las Islas han acumulado una larga experiencia en la atención a los turistas extranjeros. Mantiene numerosos convenios

de colaboración con diferentes agentes del sector turístico como entre hoteles, compañías de cruceros y turoperadores. Su especialización en oncología y su integración del grupo MD Anderson han consolidado además su proceso de internacionalización. Cuenta ya con más de mil camas en España, República Dominicana, México y Jamaica.

Mientras Hospiten se expande sobre todo en América, otros dos importantes grupos sanitarios miran desde Canarias hacia África: el Hospital Perpetuo Socorro y Hospitales San Roque. El primero cuenta ya con oficinas en Mauritania, Marruecos, Senegal, Mali y Cabo Verde y se está afianzando en el mercado africano como referente. El grupo Hospitales San Roque, por su parte, posee un centro de diagnóstico en Cabo Verde y tiene a Senegal también en su punto de mira. El grupo que lidera Mario Rodríguez es un activo impulsor del potencial del turismo de salud en las Islas y viene reclamando desde hace años la implicación del Gobierno de Canarias en su impulso. Y Proexca ha cogido el guante y está intensificando la promoción de la oferta sanitaria canaria en África.

Calidad sanitaria, alta tecnología, precio adquisitivo y dominio de idiomas por parte del personal sanitario son los cuatro principales factores cuya combinación está permitiendo a los hospitales y clínicas españolas atraer a los demandantes de turismo sanitario. Para ello tienen que lidiar con competidores que son ya un referente en el mercado mundial. Encabezan la relación Alemania, Reino Unido o EE.UU., pero también se han consolidado países con sistemas de saludo menos reputados, como son Turquía, Israel o India. Destinos, por cierto, en los que el turismo de salud no se mezcla ni confunde con la oferta de spa y wellness, si no que se refiere expresamente a las operaciones y tratamientos médicos especializados.