Las salas de música en directo se han plantado y han exigido un "¡plan de rescate, ya!", que consideran "imprescindible", debido a que el sector lleva más de seis meses cerrado, con las pérdidas económicas que ello implica. Situación que, recuerdan desde la Asociación Estatal de Salas Privadas de Música en Directo, ha dejado a más de 5.000 familias sin ingresos.
De ello, responsabilizan a la "improvisada agenda de autoridades, que decretan sin evaluar las gravísimas consecuencias de sus decisiones", que afectan a familias y a "otros miles" de trabajadores de las empresas auxiliares del sector musical, periodistas, fotógrafos, revistas de música, diseñadores, informáticos, gestores de redes y alquiler y venta de instrumentos, entre otros.
La entidad, que representa a 280 salas de conciertos en todo el país, repara en que este tipo de establecimientos llevan más de seis meses cerrados, en los que, sin embargo, han tenido que seguir haciendo frente a los alquileres, hipotecas, suministros, gastos, laborales, tasas e impuestos, entre otros. Y es que el pasado 14 de marzo decidieron cerrar voluntariamente por el estallido de la crisis, antes de la declaración del Estado de Alarma. Con la 'nueva normalidad', el 21 de junio, pudieron abrir con aforos del 10%, mientras que el pasado 14 de agosto se vieron obligados a cerrar de nuevo.
Cierre "arbitrario"
Desde la asociación apuntan que el nuevo cierre se ha decidido de forma "arbitraria" y recriminan que no se haya tenido en cuenta al sector. En este punto, enfatizan que los locales que decidieron abrir sus puertas en la 'nueva normalidad', lo hicieron cumpliendo con las medidas de aforo y de seguridad sanitaria. Además, consideran que las salas de música en directo son espacios seguros, tanto como "cualquier establecimiento de hostelería", con la ventaja de que la "trazabilidad está garantizada, ya que cualquier persona que compre una entrada está identificada con sus datos de contacto".
Asimismo, señalan que las salas de concierto son "imprescindibles para el desarrollo de los artistas", por lo que su desaparición contribuiría a la castración del "joven talento emergente" y a la desaparición de la "diversidad cultural". Por último, resaltan que no puede decretarse el cierre de una actividad, "sin anunciar paralelamente las medidas económicas que se adoptarán" para que esta no desaparezca. Una crítica que también lanzó el sector hostelero.
"Estamos ante una situación que puede ser irreversible. ¿Qué empresa puede mantener sus gastos sin poder trabajar?", sentencia la asociación.