La patronal turística de Fuerteventura, Asofuer, se ha mostrado en contra de la renuncia, por parte de Cultura y Patrimonio Histórico del Cabildo de la isla canaria al proyecto del afamado escultor Eduardo Chillida, en la Montaña Sagrada de Tindaya, de 400 metros de altura (La Oliva).
Para el presidente de Asofuer, Antonio Hormiga, resulta "peligroso" que el consejero de Cultura y Patrimonio Histórico, Andrés Briansó, realice declaraciones públicas atendiendo exclusivamente a los criterios de su partido político (Unidas Podemos), obviando "al resto de formaciones políticas, al sentir de gran parte de la población" y al "interés general de una sociedad", cuya principal actividad se centra en el turismo.
A su vez, resaltó el carácter estratégico del proyecto Montaña Tindaya, para fomentar el turismo cultural, de calidad y fundamentado en criterios de sostenibilidad, “que son los que permiten conjugar el respeto a la naturaleza y el medio ambiente y el desarrollo socioeconómico del entorno”.
Antonio Hormiga, presidente de Asofuer | Foto: Onda Fuerteventura
Así, Hormiga invita a reflexionar "de forma pausada" sobre esta iniciativa, que está "dirigida a dar a conocer al mundo esta montaña sagrada de los mahos y convertirla en monumento a la tolerancia”. Un proyecto que cuenta con el respaldo de un artista como Chillida que, "por suerte" para Fuerteventura, "tuvo la visión de erigirla" en la isla canaria "ideando una asombrosa obra de arte que precisa de un grandioso proyecto de ingeniería”.
El proyecto, en concreto, consiste en vaciar el interior de la montaña, conformando un gran cubo vacío, que dispondría de un túnel de acceso a media ladera, así como de dos chimeneas verticales, por donde entraría la luz.
Por otro lado, el presidente de Asofuer reparó en la relevancia del proyecto para fomentar el cambio del modelo socioeconómico de Fuerteventura, ya que "destinos de sol y playa hay muchos y, por desgracia, a unos precios contra los que" no se puede "competir”. "Debemos abordar, sin dilación, esta cuestión y tratar de definir un futuro de oportunidades para nuestras generaciones venideras o volver a la Fuerteventura de hace treinta años, sin turistas, sin vecinos procedentes de otros lugares de la península y del mundo y sin progreso”, puntualizó.
Tindaya, Fuerteventura | Foto: Jose Mesa (CC BY 2.0)
En esta línea, urgió al consejero a explorar la posibilidad de apostar por el arte, la cultura, la innovación y la ingenería “que sirva de elemento tractor que permita poner en valor todo el rico patrimonio que existe en la isla, así como los numerosos yacimientos que están abandonados”.
Por último, instó a apostar por "un turismo de calidad y no de cantidad", poniendo el valor el territorio, pasado y costumbre de la isla, a través de la recuperación de su historia y "construyendo un futuro sostenible y atractivo". Así, se podrá captar al turisma más exigente, que demanda una mayor oferta complementaria y mejores servicios. La presencia de este perfil de turista en la isla, además, “repercutirá directamente en la actividad de muchas empresas ligadas a la industria y, por tanto, de muchas familias que viven del sector, evitando que se queden todo el día en un establecimiento de todo incluido”.
Cabe destacar que esta montaña era considerada sagrada para los aborígenes de Fuerteventura. En su cima se pueden encontrar más de 300 grabados con forma de pie, conocidos como podomorfos. Precisamente, esta zona fue declarada Bien de Interés Cultural (BIC).
