El Gobierno y los controladores aéreos han cerrado por fin la larga disputa que mantenían desde 2011 y que ha provocado la convocatoria de numerosas huelgas por parte de los trabajadores. El Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana (Mitma) ha acordado, a través de Enaire, un convenio colectivo con los controladores que “facilita la estabilidad laboral y la paz social” durante los próximos cinco años a la vez que “garantiza la viabilidad de la empresa”.

Enaire, empresa pública dependiente del Mitma encargada de gestionar la navegación aérea en España, y los profesionales del control aéreo han llegado a un consenso definitivo para aprobar el ‘III Convenio Colectivo de los Controladores de Tránsito Aéreo’. El acuerdo, que tendrá una vigencia de cinco años prorrogables por otros cinco, normaliza el modelo de masa salarial en línea con las existentes en el sector público empresarial y establece una productividad de referencia anual sujeta al cumplimiento de objetivos y a la evolución del tráfico aéreo.

En una nota oficial, la ministra Raquel Sánchez ha señalado que este acuerdo “permitirá aumentar la eficiencia, la calidad, la flexibilidad y la robustez de los servicios de Enaire”, disipando el fantasma de la conflictividad en un colectivo “que presta un servicio crucial para un sector tan importante en nuestra economía como es la aviación”.


El secretario de estado de Transportes y presidente de Enaire, David Lucas, ha agradecido a los sindicatos su “altura de miras” tras cerrar un pacto que beneficia al conjunto de la empresa y desactiva la conflictividad. Por su parte, el hasta ahora presidente de Enaire, Ángel Luis Arias, ha indicado que “el acuerdo permitirá la reducción del coste por controlador hasta el 12% en el horizonte 2027, manteniendo la misma jornada de 1.615 horas”.

El sindicato mayoritario de controladores, USCA, también ha valorado “muy positivamente” la firma de este tercer convenio, culminando “satisfactoriamente” una etapa de la negociación colectiva. Sin embargo, desde el sindicato han querido recordar que esta firma “no significa el final de una negociación, sino más bien todo lo contrario”. “Esperamos que sea la base para continuar colaborando en los retos futuros que se nos presentan a corto y medio plazo”, afirman en USCA, en referencia al desarrollo de nuevas tecnologías para dotar al sector de una mayor seguridad y eficiencia que “deben tomar como centro al controlador aéreo”. 

No a la formación privada


Por otro lado, en USCA han aprovechado para recordar que la creación de una escuela propia para formar a nuevos controladores es “otro de los objetivos importantes”, señalando que la formación “debe ser de nuevo pública y tutelada por Enaire”. “El hecho de que un controlador español deba pagar una importante cantidad de dinero para su formación va directamente en contra de la igualdad de oportunidades para favorecer escuelas privadas que se lucran de esta situación”, sentencian.