En un clima de creciente guerra comercial a tres bandas (Estados Unidos, China y Unión Europea), la inquietud en Alemania ante amenazas externas no deja de crecer por lo que el Ejecutivo Federal está desarrollando la ’Estrategia Industrial Nacional 2030’.

Este plan propone que el gobierno germano proteja sus sectores estratégicos comprando participaciones de las principales empresas del país antes de que caigan en manos de inversores chinos. Siendo accionista de las mismas, el ejecutivo alemán no sólo tendría un control parcial, sino que podría impedir su venta a compradores internacionales.

En concreto, pone su foco en las consideradas industrias estratégicas de su economía, por ser especialmente sensibles a las amenazas externas:

  • El acero, el cobre y el aluminio
  • Los productos químicos
  • La maquinaria industrial
  • Automóviles
  • Óptica
  • Fabricación de aparatos médicos
  • El sector GreenTech
  • La industria de defensa
  • La industria de aviación y la aeroespacial
  • Fabricación por adición (Impresión 3D)
  • Software e Inteligencia Artificial

Así, se puede comprobar que el gobierno alemán pone su foco en la manufactura y la exportación, ejes de su economía; sin embargo, pasa de puntillas por el sector turístico, todo pese a la importancia que tiene Alemania y sus empresas (TUI, Lufthansa, Thomas Cook/Neckermann, FTI, Alltours, etc.) en todo el continente. De hecho, según la Organización Mundial del Comercio (WTO), Alemania es el tercer mayor mercado del mundo en lo que a gasto turístico se refiere (81,1 millones de euros en 2016).

Gasto millones

Datos WTO

En los dos aspectos en los que la ‘Estrategia Industrial Nacional 2030’ afecta al sector vacacional son en lo que se refiere a la industria de aviación y aeroespacial y al software.

En lo que se refiere al primero es previsible que el gobierno tome participación en empresas como IABG, especializada en realizar pruebas y análisis de ingeniería para sectores como la automoción, las comunicaciones, defensa y seguridad, vuelos espaciales y la aviación. En este último ámbito, la empresa realiza test de fatiga a aviones como los Airbus A380, A350, A320 y los Bombardier C-Series (A220).

Por otra parte, el gobierno teutón tendrá mayor control sobre empresas proveedoras de software para infraestructuras clave como red eléctrica, hospitales, aeropuertos, trenes, etc.

Como se puede ver, se trata de leves confluencias con la industria turística y no tanto de una intervención real en un sector que, por el momento, no consideran prioritario.