En varios medios se ha publicado que las nuevas inversiones que se están realizando en la zona de Salou-Vila Seca la convertirán en uno de los grandes destinos turísticos mundiales asociados a parques de atracciones. 

El origen es Port Aventura, inaugurado el 1 de mayo de 1995, bajo la dirección desde el año anterior de Luis Rullan, conocido gestor hotelero. 

Pronto se convirtió en el parque más visitado de España y el único que ha conseguido obtener resultados positivos, a pesar de algunas dificultades en ciertos años.

Dragon Khan en Port Aventura

Dragon Khan en Port Aventura

Sin embargo, de lo que se ha escrito poco es de todo el proceso anterior a ese año y de las personas que pusieron en marcha el proyecto de un parque de atracciones. La literatura nacionalista que obligatoriamente tiene que narrar una historia acorde con su ideología, ofrece el mérito al gobierno catalán. Pongamos un par de ejemplos: Jose Antonio Donaire, director del Insetur de la Universidad de Girona escribe: “Estamos a principios de los años noventa, la experiencia acumulada permitió al gobierno catalán atraer la inversión del operador americano Anheuser Bush. “Es el plan B del proyecto Disney”. El segundo es todavía más directo: “Los políticos catalanes decidieron continuar con su sueño, una inversión  en parques temáticos (tras la decisión de Disney de ir a París) buscando a una empresa especializada  y en 1989 encontraron a Anheuser Bush”.

Suscripción

La realidad es muy distinta. A los pocos días de hacerse pública la decisión de Disney, en enero de 1986, recibo en mi despacho de director general de Improtur- la actual Turespaña- una llamada telefónica del director general de Bimbo, su nombre de pila era Jaime, preguntándome si el gobierno central aceptaría ofrecerles toda la información que habíamos acumulado para nuestra oferta a Disney. El lugar finalmente elegido era precisamente Salou Villaseca. Tengo que recordar que desde 1982 yo había sido designado por el gobierno como responsable de las negociaciones con Disney y que, en consecuencia, disponía de abundante información de todo tipo, incluidos planes de viabilidad, para ejecutar el proyecto. 

Desde 1982 Bimbo era propiedad de Anheuser Bush, que además de la principal cervecera de Estados Unidos poseía los parques Bush Gardens.

Busch Gardens

Parque Busch Gardens

Ni que decir tiene que acepté encantado. A partir de ese momento y durante casi dos años, los equipos de la consultora contratada en Barcelona por Bimbo, que creo que era Arthur D Little, me sometieron a un “ debriefing “ similar al que reciben los espías a su vuelta tras años de misión en territorio enemigo. Por supuesto, obtuve la aprobación de mi ministro Abel Caballero. La discreción fue total y, a petición de Anheuser Bush no se informó al gobierno catalán, esperando a que el proyecto estuviera plenamente desarrollado, lo que ocurrió en 1989 o 1990.

En esos años me desplacé en varias ocasiones a Williamsburg, en Virginia,  donde estaba situado el principal Bush Gardens y tuve numerosas entrevistas con los ejecutivos de la compañía, en las que pude comprobar la experiencia en la gestión de parques y la eficiencia en la gestión. Cuando dejé la Dirección General, a finales de 1987, el proyecto estaba encarrilado.

Así pues, ni  experiencia acumulada, ni plan B. Fueron los americanos los que olieron la oportunidad y presentaron el proyecto. En 1989 no encontraron a Anheuser Bush, sino que esta empresa llevaba ya tres años trabajando discretamente en el proyecto. Cuando se celebró el veinte aniversario del parque, el presidente Mas, tampoco pudo evitar atribuir el mérito del éxito al Govern.

Esperemos que los historiadores del turismo analicen el último quinquenio de los ochenta y descubran que estaban ocurriendo muchas cosas de las que el Ejecutivo no tenía ni idea.