Hace ya 25 años las antiguas vías de ferrocarril en desuso adquirieron una nueva forma, una nueva utilidad y una nueva manera de transitarlas. Se trataba de unos caminos olvidados, que en su día fueron lugar de paso para trenes de pasajeros y mercancías, que se han reconvertido en lo que hoy son: senderos turísticos repartidos por toda la geografía española y que se conocen como Vías Verdes.

La iniciativa comenzó en el 1993, cuando el Ministerio de Medio Ambiente y Adif encargaron a la Fundación de Ferrocarriles Españoles la creación de un mapa español de líneas de ferrocarril en desuso. En ese momento, el documento cifraba más de 7.000 km de caminos rurales que no tenían ninguna utilidad; así que a imagen y semejanza de los “greenways” británicos nacieron las vías verdes.

El proyecto se materializó en el año 1995, cuando el Ministerio de Medio Ambiente, Adif y la Federación de Ferrocarriles Españoles coordinaron sus esfuerzos en reconvertir esas infraestructuras fuera de servicio en lo que hoy son: caminos rehabilitados y óptimos que se pueden recorrer a pie, en bicicleta, patines o, incluso, en silla de ruedas.

Suscripción

Desde su concepción hasta ahora, las administraciones públicas han invertido unos 177 millones de euros. Una inversión que, en un 50%, corresponde al Ministerio de Medio Ambiente (con sus diferentes denominaciones desde 1993), ya que fueron construidas dentro del marco del Programa de Caminos Naturales. El resto de la financiación procede de administraciones locales y autonómicas.

Hoy día, existen 2.700 kilómetros de vías verdes, repartidos en 123 itinerarios alrededor de toda la geografía española, a excepción de Canarias. Recorridos que no sólo son accesibles, sino que cuentan, en la mayoría de los casos, con unas 100 estaciones rehabilitadas para usos turísticos y sociales. Sin embargo, aún quedan 5.000 km de antiguas líneas de ferrocarril en desuso, susceptibles de ser recuperadas como potenciales Vías Verdes por todo el territorio estatal.

Según cifras oficiales, entre las más transitadas están la Vía Verde del Aceite, en Jaén, que ha sido visitada por más de 200.000 turistas el pasado año, o la Vía Verde de Girona, a la que acuden cada año unas 150.000 personas.