Miloud, un encantador de serpientes que hacía las delicias de los turistas que recorrían el paseo marítimo de Río Martín, en la costa norte de Marruecos a 10 kilómetros de Tetuán, murió en pocos minutos tras ser mordido por su víbora en el labio.

Según cuenta un guardia de un parking cercano, pocos minutos antes de fallecer este hombre de 49 años “ponía a la víbora en los hombros de los niños para que se hicieran fotos”.

A las cuatro de la tarde uno de los ofidios que solía llevar al cuello de este personaje, vestido con chilaba blanca aficionado a juegos con cuchillos, le mordió el labio delante de los vecinos y turistas que quedaron sorprendidos, pues creían que les “quitaban los colmillos para que si mordían no filtrase el veneno”.

Rápidamente la ponzoña se extendió por el cuerpo del hombre hasta alcanzar su sistema nervioso provocándole una parálisis respiratoria.  La ambulancia no llegó a tiempo por lo que falleció en el lugar antes las cámaras de curiosos.

Se trata de la cuarta muerte de estas características que se produce en los últimos dos años en Marruecos.