Según la Asociación Internacional de Líneas de Cruceros (CLIA) 25,3 millones de personas surcarán los mares a bordo de un crucero en 2017, sin embargo, existe un enigmático buque que navega por las aguas rusas sin ningún pasajero a bordo.

El Lyubov Orlova, anteriormente utilizado para itinerarios a través del Antártico, ha estado a la deriva en el Atlántico Norte desde enero de 2013. La enigmática historia de esta nave comenzó en 2010, cuando fue abandonado por sus dueños. Tras permanecer durante dos años deteriorándose en Terranova (Canadá) se decidió que sería desguazado en República Dominicana. 

Sin embargo, durante el viaje el cable que se utilizó para remolcar el buque se rompió. La compañía que tenía que hacerse cargo de recuperarlo, Transports Canada, se limitó a abandonarlo en aguas internacionales, desentendiéndose de él.

El tiempo pasó sin que ninguna de las empresas implicadas resolviese la situación, por lo que el barco navegó a la deriva hasta llegar a Europa. El 23 de febrero de ese mismo año, se anunció que el navío había sido visto a 1.300 millas náuticas de la costa de Irlanda. El último rastro que se tuvo de él fue en abril de ese mismo año.

Actualmente, no se sabe si se hundió o si sigue surcando los mares eligiendo su propio itinerario y sus propias escalas.