La literatura de viajes está en crisis. Una de las últimas personas en alertar sobre el mal momento que atraviesa el género ha sido la autora de 'Escuchar Irán' y 'Una viajera por Asia Central', Patricia Almarcegui. En la actualidad la población viaja más que nunca, pero lee menos y prefiere utilizar el móvil y otras tecnologías a sumergirse en las aventuras que ofrece un libro.

El escritor Colin Thubron, autor de la canónica obra 'En Siberia', explica que el mundo se hace pequeño, una sensación que es “una ilusión fomentada por Internet y el turismo de masas. Incluso lugares aparentemente familiares no lo son realmente, y los escritores de viajes deberían acercarse a ellos menos con el ánimo del descubrimiento geográfico que con el de la investigación en profundidad”. También señala que “ninguna pantalla puede reemplazar la sensación de encontrarte con una región sobre el terreno: su atmósfera, su tacto y olor, su interacción con el viajero”.

Otro importante autor, Jordi Esteva, uno de los más importantes del género en España, apunta que “probablemente sea el viaje mismo lo que está en crisis. El viaje en cuanto experiencia de la que no se regresa igual que se partió, el viaje. El escritor señala que “hoy día resulta homogéneo y encuentras wifi en todas partes. Se ha perdido ese romper con el tiempo y el espacio que era la característica del viaje” porque “ahora te montas en un avión y apareces en Mongolia sin solución de continuidad y sin necesidad ninguna de saber quién era Gengis Jan. Todo es cada vez más igual”.

Por su parte, Pep Bernades, escritor y maestro de viajeros, determina que “se ha banalizado el concepto de literatura de viajes a partir de los mil blogs del género que en el fondo no hacen sino repetir lo mismo, una visión comercial del mundo. Esa línea no lleva a ninguna parte”. Sin embargo aclara que “la buena literatura de viajes sigue funcionando y se sigue publicando”.