El Ayuntamiento de Palma ha aprobado una moratoria de un año para licencias de alojamientos de uso turístico en el casco histórico, el barrio de Santa Catalina, el Nuevo Levante y la primera corona del Example. La regulación se dirige especialmente a los edificios que se dan de alta como alojamientos de turismo interior, donde el alquiler vacacional ha encontrado su hueco. 

Se sigue así la estela del Plan Especial Urbanístico de Alojamientos Turísticos de Barcelona que prohíbe abrir nuevos hoteles en el centro, aunque cierren los existentes. 

El alcalde de la ciudad, Antoni Noguera y el teniente de alcalde de Urbanismo, José Hila han calificado la decisión de ‘valiente’ y de ‘corresponsabilidad’ con el fin de que se redefina un nuevo modelo enfocado a la sostenibilidad. 

La medida se lleva a cabo tras el crecimiento de las peticiones de licencias para establecimientos turísticos. En la actualidad están en trámite 63, que suponen 2.193 nuevas plazas que se añadirán a los 38 establecimientos y 2.149 plazas. 

Además de esta moratoria, la ley de alquiler vacacional que se prevé que será aprobada este mes, establecerá un techo real de plazas turísticas, además de una moratoria para las nuevas autorizaciones hasta que se aprueben las zonas donde se puede llevar a cabo la actividad. 

El grupo municipal de Ciudadanos y el PI Palma han mostrado ya su descontento con la medida. El primero sostiene que no se ha tenido tiempo para “conocer el contenido” de la normativa y el segundo la señala como negativa porque considera que nuevos hoteles boutique contribuirían a dinamizar la región y a atraer un turismo de calidad.