La guerra se avecina entre navieras, ministerio de Fomento y estibadores. La Unión Europea ha apretado para que España flexibilice el mercado de la carga y descarga de los puertos españoles y el ministro de Fomento, Íñigo de la Serna, ha decidido impulsar un decreto de liberalización de los servicios de estiba.

Así, los trabajadores del sector creen que esta nueva medida supondría la destrucción de empleos y el empeoramiento de sus condiciones laborales, mientras que las navieras mejorarían sus cuentas de resultados. Por su parte, las grandes compañías sostienen que la liberalización del mercado mejoraría la competitividad del sistema de puertos españoles.

Especialmente beligerantes se han mostrados los más de 1.300 trabajadores del Puerto de Valencia, que amenazan con huelgas para defender sus condiciones laborales. Este tipo de acciones no sólo paralizarían la entrada de mercancías en la Comunidad Valenciana, sino que pondrían en peligro el abastecimiento de unas Islas Baleares en pleno proceso de estirar la temporada turística.

En caso de llevarse a cabo paros en Valencia, los productos dejarían de llegar a supermercados, restaurantes y hoteles del archipiélago que dependen en gran medida del puerto levantino.