El pasado 12 de mayo, Air France presentó ante sus inversores las perspectivas de futuro de Boost, su marca 'low-cost', que será lanzada a finales de este año o a principios del 2018; sujeta a la aprobación de los sindicatos de pilotos.

El grupo Air France-KLM, en su plan 'Trust Together', detalla que Boost operará el 10% de los negocios de la compañía, con costos operativos más bajos que su aerolínea principal.

En principio, dispondrá de 6 Airbus A321 y acabará el próximo año con 18 aviones destinados a vuelos de media distancia. A principios del 2019, se prevé su expansión internacional de vuelos de largo recorrido, con una flota de 4 Airbus A340-300 que comercializarán en destinos turísticos del continente asiático, para así hacerles competencia a aerolíneas como Emirates, Etihad y Qatar Airways. En su plan de inversión se estima que gran parte de las operaciones de Boost irán destinadas a mercados deficitarios para Air France y el resto se invertirán en mercados emergentes.

Boost planea en los próximos cuatro años, reducir gradualmente los costos derivados de su actividad en los vuelos de larga distancia, mientras eleva su oferta de asientos. Algunas de las medidas que llevarán a cabo para conseguir este propósito es retirar del mercado el Airbus A340 e introducir un modelo con configuración de cabina optimizada.

Además, pretende especializarse en nuevos nichos de mercado, como es el caso de los “millennials”, adoptando una serie de servicios de pago a bordo, copiando a las  'low cost' más asentadas en el mercado y reduciendo los gastos generados del servicio de restauración y catering.