Holanda celebra hoy sus elecciones en medio de la incertidumbre. Más de 12,9 millones de holandeses están llamados a las urnas en unas elecciones que determinarán el poder de la extrema derecha en Europa. Los ciudadanos temen el auge del antieuropeista y xenófobo Geer Wilders, que ha acaparado la atención internacional en los últimos meses. Sin embargo, aunque el político lideraba las encuestas en los últimos días ha sufrido un retroceso a favor del actual primer ministro Mark Rutte. Aún así, se prevé que el partido que lidere las votaciones no llegue a los 25 diputados, cuando la mayoría absoluta está establecida en 76. 

Esta es la primera gran elección de un año en el que también se celebrarán comicios en Francia y Alemania donde se vaticina la mayor victoria de los partidos de derechas desde la Segunda Guerra Mundial. 

Los debates electorales han estado basados en la integración de los inmigrantes, acentuados por el conflicto diplomático con Turquía. Las tensiones entre los Países Bajos y el país otomano se han intensificado después de que Holanda prohibiera los mítines políticos de los turcos en sus fronteras alegando razones de seguridad.   

 El escenario es incierto, pero lo que está claro es que el futuro de la nación que generó un flujo de 3.371.811 turistas en España en 2016 no solo dependerá de las urnas. Las negociaciones posteriores serán la clave.