Yibuti solo era sal, arena y camellos hace 30 años. En la actualidad es un país muy codiciado por las grandes potencias e inversores, que compiten por sus 22.300 kilómetros cuadrados situados en el Cuerno de África, cerca del Golfo de Adén y el Mar Rojo y próximo al estrecho de Bab el-Mandeb, donde transita el 40% del tráfico marítimo mundial, Este lugar es el punto de acceso al Canal de Suez para el mercado de petróleo europeo y americano y de gas del Golfo Pérsico. Las actividades portuarias generan el 70% de su PIB. La región se postula como el ‘nuevo Dubái’, el centro comercial de África Central.

China es su mayor prestamista. Ha invertido 3.192 millones de euros para construir una línea de ferrocarril entre las dos capitales: Addis Abeba y Yibuti Ciudad que impulsará sus economías, y para levantar una primera base militar para posicionarse y asegurar sus intereses económicos.

 Yibuti está en pleno proceso de transformación respaldado por fuertes inversiones, pero debe apuntar hacia la inclusividad de sus trabajadores para reducir la pobreza generalizada que en la actualidad representa un 79% y cuenta con un desempleo del 50%.