La vida en las ciudades modernas no permite a todos los usuarios disfrutar del contacto con la naturaleza y loa animales. Este problema se acentúa en países como Japón donde la superpoblación obliga a los ciudadanos a habitar en pequeñas viviendas en las que no pueden tener mascotas.

Esta situación explica el florecimiento de una industria que permite a los usuarios alquilar animales o pasar tiempo con ellos por horas. Desde los perros de alquiler hasta los ‘cats café’ han proliferado a lo largo y ancho del país nipón. El último paso más allá se ha dado con los ‘owl café’, establecimientos en los que los clientes pueden tomar sus bebidas mientras disfrutan de la compañía de búhos y lechuzas.

Estas aves rodeadas de un encanto místico atraen a cientos de turistas que visitan estas cafeterías para acariciarles o simplemente observarles de cerca. Pese a que los propietarios de este tipo de negocios defienden que las condiciones de los animales son las correctas, diferentes grupos de defensa de derechos de la fauna ha denunciado estas prácticas sosteniendo que fuerzan a estas criaturas cazadoras y salvajes a estar encerradas a disposición de un público.

Adorados y denostados a partes iguales, los ‘owl café’ siguen proliferando en el país y atrayendo la atención tanto de nativos como de foráneos.