Considerando a las empresas de hostelería como negocios con el propósito de generar en sus actividades beneficio económico, las estrategias irán fundamentadas a potenciar y desarrollar ese beneficio empresarial.

Estas empresas, como negocios que son, deben pretender una continuidad y progreso en la actividad sin retrocesos ni estancamientos. Las estrategias, intervienen en la búsqueda de esa mejora continua, entendiendo que son un plan de acción creado mediante la selección de  las opciones más acertadas y beneficiosas para el mejor desarrollo de la actividad hostelera, de sus resultados actuales y los del futuro, tan necesarios para sobrevivir empresarialmente.

Los factores que más deben influir en la selección de las estrategias son cuatro:

 C O N O C I M I E N T O: Lo que no se conoce, no se puede aplicar.

Cuando realizo análisis a clientes suele ocurrir que su visión está centrada en su entorno, siendo limitada -bien por miedos infundados o desconocimiento- ya que es entendible que al estar centrados en la gestión y planificación de su propia empresa, apenas les queda tiempo para investigar qué “se cuece” en el sector, hacia donde enfocan su atención los clientes y que está dejando de ser actual. No se suelen cuestionar otros procesos, ni cambios, quedando estancados, sin cambios, sin mejoras, sin crear expectativas diferentes a los clientes.

 A N Á L I S I S: Estudiar las posibles variables de una situación y sus consecuencias positivas y negativas.

La creatividad y la coherencia estarán muy presentes en un Análisis de resultados excepcionales. La creatividad dará respuestas donde otros no alcanzarán ni siquiera a vislumbrar. Y la coherencia y el pragmatismo dejarán de lado los idealismos y focalizarán en busca de resultados palpables. Una creencia, una acción que se presuponga acertada e idónea, aun así, debe ser analizada, ya que quizás no se esté realizando correctamente y su verdadera repercusión en los clientes, no es la que se cree que es.

V O L U N T A D: Propósito firme y constante de conseguir o transformar algo a mejor. Lo contrario es la falta de iniciativa.

El tesón y la constancia son lógicamente trascendentales para mantener el interés de los clientes y acaban siendo buenos hábitos que no sólo buscan la excelencia,  sino que también evitan los recesos y las mermas en calidad, cantidad o servicio.

Perseverar e inculcar y formar a nuestro equipo, de manera profesional, pautada y planificada, garantizará que esa voluntad no decaiga, y esa actitud positiva será la que se reflejará en el día a día con los clientes.

E X P E R I E N C I A: Habilidades adquiridas al haber realizado una acción en muchas ocasiones.  Es evidente que planificar, diseñar y realizar estrategias que añadan valor a la empresa requiere de unas  actitudes que se han desarrollado con la práctica.

Un buen estratega, no lo es por convicción sino por trayectoria y propósito de mejora, y sus razonamientos y resultados son su mejor identificador. Sus planes de mejora, sus estrategias son re-estudiadas y analizadas con minuciosidad para evitar con ellas posibles daños colaterales.

Y en ese puzle de ideas que todo estratega pueda pensar, su éxito se fundamentará en estos 4 factores:

  • El conocimiento.
  • El análisis.
  • La voluntad.
  • La experiencia.

Estos factores, son más que determinantes si se pretende conseguir desarrollar las  imprescindibles  estrategias, pero son necesarios los cuatro para acabar ese puzle, que en el papel, o en "lo digital" quedan muy bien, pero una vez solicitado y realizado ese análisis y creadas nuestras estrategias, se deben poner en la práctica aplicando esos cambios.

Y solo así, poniendo en marcha esas estrategias encontramos la respuesta deseada:

Estrategias  en busca de la mejora, la aprobación y el reconocimiento de los clientes. Nuestra razón de ser.

Pero queda un último y fundamental apunte sobre las estrategias: no perduran en el tiempo. Cada una de ellas, Su validez debe ser periódicamente revisada ya que en ellas influyen múltiples factores y el cambio y evolución es constante.