En toda comida o cena que se precie no puede faltar un postre que sea la guinda que culmine el recorrido gastronómico de nuestro paladar. Hay quienes, de hecho, lo consideran una plato fundamental e indispensable de su menú, sobre todo, cuando se sientan ante una mesa en una ocasión especial.


El equipo de profesionales de las cocinas de los Centros de Arte, Cultura y Turismo del Cabildo de Lanzarote está participando estos días en un curso-taller que se está celebrando en el Castillo de San José sobre repostería y pastelería con el doble objetivo de perfeccionar las técnicas culinarias ya conocidas y acceder a la últimas tendencias gastronómicas para desarrollarlas en nuevas tentaciones dulces.


Sin duda, uno de los aspectos que más ha llamado la atención a los alumnos de este programa formativo es el que hace referencia a la incorporación de golosinas a la repostería. ?Es verdad que todos hemos visto y probado helados de nube, o con sabor a huevo de chocolate, por ejemplo, pero son sorprendentes las posibilidades que brindan chucherías básicas como el regaliz y las pastillas de goma para enriquecer cualquier postre tradicional? aseguraba entusiasmado uno de los asistentes.


Las habilidades aprendidas estos días en los fogones y hornos del Castillo de San José se verán reflejadas próximamente en carta que incorporará propuestas tan sugerentes como Lágrimas de piña colada, Envoltura de semifrío de yogurt y frambuesa en nido de tierra de zanahoria, y Brownie blanco con quenelle de delicia de plátano y crema de naranja, además de una tradicional tarta de manzana apta para celíacos e intolerantes a la lactosa.